lunes, 3 de noviembre de 2014

ENSAYO DEL DIA DE LOS DIFUNTOS

ENSAYO DEL 2 DE NOVIEMBRE DIA DE LOS MUERTOS
La muerte sin duda es parte de la vida de todo ser vivo. El paso de la vida a la muerte siempre ha causado incertidumbre, temor al ser humano. A lo largo de los años, en muchas culturas se han generado creencias en torno a la muerte, logrando desarrollar ritos y tradiciones para venerarla, y honrarla.
La muerte en tiempos prehispánicos fue inclusive sacrificio para la vida, se sacrificaban vírgenes para que los dioses aumenten sus cosechas, traigan lluvia, etc.
Por eso es imprescindible que exista un día para honrar a los muertos, uno especial en el cual poder rendirles un homenaje.

Según la tradición mexicana, el 2 de Noviembre es el día en el que los vivos y los muertos pueden coexistir, el día en el que pueden sentirlos aunque no puedan verlos.  La Catrina influye en que esto sea posible, pues ella gobierna el mundo de los Recordados, y su esposo el de los Olvidados. Por eso cuando un ser que fallece es recordado permanecerá siempre vivo en ese mundo en el de la Catrina.




Cabe señalar que la celebración del día de los muertos se daba ya mucho antes en las culturas mesoamericanas y con la llegada de los españoles y su religión se dio lugar a un sincretismo que mesclo las tradiciones europeas y prehispánicas, haciendo coincidir las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas con la fecha similar del día de los muertos celebrada por los mesoamericanos.
 
En tiempos prehispánicos no se creía en la idea del infierno y el paraíso, el premiar o castigar, por el contrario, ellos creían que el rumbo que tomaban las almas de los muertos dependía del tipo de muerte que habían tenido mas no de su comportamiento. Los entierros prehispánicos eran acompañados de ofrendas que tenían dos tipos de objetos: los que, en vida, habían sido utilizados por el muerto, y los que podría necesitar en su tránsito al inframundo.
Muchas culturas mesoamericanas creían en la vida después de la muerte, por eso se enterraba un perro de raza con ellos para que este le ayudase a cruzar el rio hacia el inframundo.
El vestirse de negro fue una tradición traída por los españoles, pues en la mañana las clases altas visitaban los cementerios vestidos con sus mejores trajes en color negro, mientras que en la tarde era el turno de los indígenas. Además se cree que el alma de los niños regresa el 1 de noviembre y el de los adultos el 2. Si por razones ajenas a la voluntad de los deudos no pueden asistir a visitar la tumba de sus seres queridos; ellos recrean junto al retrato del ser querido un pequeño altar donde colocan las mismas ofrendas que se colocan en el cementerio, para rendirle el homenaje que merecen.
El 2 de noviembre los mexicanos se reúnen en torno a la tumba de sus seres queridos,  incluso les llevan serenatas y si son niños juguetes, y dulces; la comida no puede faltar, llevan pan, fruta, agua y el alimento preferido del difunto. También les llevan flores y velas, estas últimas de la tradición española que se incorporó a sus costumbres.
Tal es la fe de los mexicanos a la muerte que inclusive veneran a la santa muerte y le atribuyen milagros, pues generalmente ruegan por su salud y la de su familia.



Las tradiciones han ido pasando de generación en generación, aunque a medida que pasa el tiempo estas tradiciones van cambiando, o modificándose. Esto se va a evidenciar en lo que describiré a continuación; así como en México en otros países también se celebra como un gran acontecimiento el día de los difuntos, en Ecuador por ejemplo existen varios pueblos que realizan ritos similares a los mexicanos para venerar a sus muertos.
La mayoría de estos pueblos son los indígenas donde sus tradiciones y costumbres se mantienen.
A aproximadamente 18km de distancia de la Riobamba, en la provincia de Chimborazo, en el Cantón Colta, en Cajabamba cabecera cantonal de dicho cantón se encuentra ubicado el cementerio general, en el cual cada 2 de noviembre se conmemora el día de los difuntos de una manera particular; que rememora los años prehispánicos desde donde viene la tradición. Como ya se mencionó anteriormente lo que ocurrió con los pueblos mesoamericanos, la religión católica influyo en cierto modo y se realizó el mismo sincretismo cultural.
En la vía perimetral al cementerio y la única por la cual se accede se encontraban los infaltables comerciantes ofrecían flores: naturales y sintéticas, además gran variedad de alimentos, colada morada, guaguas de pan, espumilla, frutas, etc.
Acercándose al cementerio se evidencian dos entradas, a primera vista es un solo cementerio sin embargo esta claramente dividido en dos sectores, no se dividían en clases sociales, ni por el tipo de grupo étnico al que pertenecían, pues en su mayoría son indígenas y mestizos, más bien era por el nivel económico al que pertenecían, esto se evidenciaba en el tipo de acabados tanto en las tumbas como en los nichos.
A penas se llega al cementerio se ve la gran diversidad de ponchos y anacos que llenan el cementerio de color, el color negro no es requisito para ir a visitar a sus muertos, pero el llevar flores y comida sí.





En el lado izquierdo la mayoría tenía su lapida con su nombre y una cruz en mármol o cerámica, además de que tenían las caminerías bien definidas, en el lado derecho sin embargo habían caminos que se cruzaban, tumbas que parecían sobreponerse unas con otras, sin embargo era el lado más alegre pues había música que acompañaba los visitantes. En medio del campo santo de la derecha se encontraba la iglesia donde se estaba celebrando la eucaristía en ese momento.
Otros solamente se reunían alrededor de la tumba y oraban.




Los indígenas sobre todo las mujeres van llegando cargados a sus espaldas unas pequeñas lonas y en baldes la infaltable colada morada, todos juntos llegan a compartir con sus difuntos. Cabe señalar que con el tiempo también otro sincretismo cultural se observa; muchos de los dolientes ya no llevan la colada morada ahora llevan consigo su Coca Cola, Cifrut, u otra marca que de bebida que se puede adquirir en cualquier tienda.







 Lo que si no falta son las habas, el mote, la fritada, el pollo, las papas y sobretodo el cuy.

 


Algunos llevan consigo pintura y materiales para ese mismo día limpiar la tumba de sus difuntos, luego de dicha labor se sientan alrededor de la misma a compartir los alimentos que traen consigo. El momento se resume a una reunión familiar.
Muchos llevan recipientes en los que reparten la comida, otros simplemente extienden una manta y sobre ella se encuentran los alimentos y con sus manos directamente cogen lo que buenamente pudieren comer. La comida que más abundaba eran las papas con cuy, indispensable como plato típico de la zona.





Algo que llamo mucho mi atención fue al fondo en lo más alto del cementerio dos mujeres ya de edad avanzada sentadas juntas, en medio de ellas sobre la tierra estaban papas, habas, cuy y un pequeño charco de colada morada, estas lo contemplaban mientras rezaban.



Otros sobre el montículo de tierra que cubría la tumba  y mezclándolo con la misma tierra ponían diversos alimentos, generalmente los que en vida le gustaban más a su ser querido. Se observaba: frutas, pan, habas, papas, canguil, mote, una presa de algún animal sea pollo o cuy y colada morada infaltable, en algunas tumbas se veía inclusive ají, para acompañar los alimentos. También se observaban por ahí unos cuantos perros beneficiándose de la comida que era para los difuntos.


Sobre algunas lapidas se veían vasos de colada con pan, y en una de ellas no era colada morada sino una  Coca Cola con el nombre del difunto y su respectivo pan. Es impresionante como la cultura puede ser tan influenciada.
 
Muchos además de comer, se sentaban a beber junto al difunto, sobre todo cerveza, y en otros casos dejaban junto a las lapidas botellas de licor.


Un hecho también muy importante es que cuando caminaba sobre las tumbas de los difuntos encontré un hueso, específicamente un humero de humano, me supieron explicar que cuando a muchos muertos ya no se los reclama, y como necesitan espacio se los saca para enterrar nuevos difuntos en el lugar, sin embargo me quedo la duda pues dichos huesos son incinerados luego de desenterrarlos.
Muchas personas que acuden con sus alimentos al cementerio creen sin dudar que el difunto sale a comer en su día pues es la única fecha en la que pueden cruzar a nuestro mundo, sin embargo si la comida desaparece de las tumbas no es necesariamente porque el muerto se levantó, esto se debe a varios animales que aprovechan el día y a alguno que otro muerto de hambre que acude al cementerio para calmar su apetito.

Me habían contado como era que los indígenas celebraban el día de los muertos pero muy diferente es vivirlo, desde la  curiosidad que sentí al ver que llevaban en sus morrales, hasta el ver como se comparte en unidad alrededor del ser querido. El día de los difuntos es sin lugar a dudas una de las fechas importantes que se celebran año a año, pero que a medida que pasa el tiempo van perdiendo importancia o no le dan el valor que requiere.

Además que por el sincretismo cultural las comunidades pierden su identidad, fue hasta escandaloso ver por mis ojos pasar en vez de la tradicional colada morada una Coca Cola u otra bebida de ese tipo. Este sincretismo se evidencia también en la vestimenta de los indígenas, ya no llevan su tradicional vestimenta por completo, si bien tienen su anaco ya no llevan sus blusas tradicionales ahora las cambiaron por chompas de cuero o blusas a la moda, de igual forma ya no usan zamarros usan pantalones de tela con su infaltable poncho.




Para mí es muy importante como la gente va perdiendo su identidad cultural, como se avergüenzan de sus orígenes e intentan mostrarse diferentes. Sin embargo creo que es importante y no importa cómo; se destine un día para recordar a los que ya partieron, pedir por ellos y si existe un lugar donde ellos se encuentran, esperar que se encuentren bien, y si no existe no olvidarlos, pues ellos vivirán a medida que 

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